Los científicos especulan ya sobre cómo esto degradará el concepto de familia nuclear.
El estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), también buscó determinar si un bebé podría llegar a término de forma ética, legal y médica con el procedimiento.
Concluyó que, si bien el procedimiento conlleva un riesgo significativo para el paciente trasplantado, “las aspiraciones reproductivas de las mujeres transgénero M2F merecen la misma consideración que las mujeres asignadas al nacer y, sujeto a que se demuestre la viabilidad en las áreas de investigación sugeridas, puede ser legalmente y éticamente inadmisible no considerar realizar el procedimiento en esta población”.
Expusieron las implicaciones legales al señalar que la ley actual de derechos civiles puede impedir que se niegue a los pacientes este tipo de procedimiento basado en la identidad de género.
“Éticamente, la consideración de realizar UTx en mujeres transgénero está motivada principalmente por consideraciones de justicia e igualdad”.
Sin embargo, Wellcome Trust no es la primera organización en llevar a cabo este tipo de investigación peligrosa. El Instituto de Cleveland, también afiliado a los NIH, realizó el procedimiento en 2019 que resultó en el “primer bebé en América del Norte con un útero trasplantado de una donante fallecida”. Este procedimiento se realizó en una hembra biológica.
Se han realizado al menos 80 trasplantes de útero en más de 10 países (excepto Canadá) en todo el mundo desde que nació el primer bebé después de un trasplante de útero en Suecia en 2014. Desde entonces, se han entregado más de 35 bebés a través de trasplantes de útero.
En un estudio diferente, publicado por los NIH en enero, la autora Alireza Jahromi fantasea con la capacidad del problema para cambiar la estructura de la familia nuclear y declara: “En la sociedad moderna, la aceptación de la diversidad y la fluidez de género está aumentando; sin embargo, la paternidad todavía se considera en gran medida como una construcción binaria. Se presenta un caso hipotético de una mujer transgénero que se somete a un trasplante de útero y lleva un embarazo concebido con su propio semen”.
Ella continúa: «Esta situación plantea problemas éticos y legales únicos con respecto a la designación de los padres de la mujer transgénero… ¿Debería la ‘maternidad’ y la ‘paternidad’ basarse en la contribución genética de los padres al niño?»
Se espera que los ensayos clínicos para trasplantes de útero finalicen a principios de 2025, según ClinicalTrials.gov , que mantiene un registro de estos ensayos para los NIH.
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Cuando finalicen los ensayos clínicos de trasplantes genéticos de útero, que ya conllevan importantes consideraciones éticas, la comunidad científica comenzará de inmediato los ensayos de trasplantes en hombres.
Durante estos ensayos, se espera que los pacientes sufran los procedimientos y los embriones fallarán repetidamente mientras juegan con el cuerpo humano masculino para que sea capaz de llevar a término a un niño. Además, estos horribles procedimientos afectarán a las familias que sufren de dolor después de haber perdido a un ser querido, solo para enterarse de que el útero de su madre, esposa o hijas fue entregado a un hombre porque, sin saberlo, optó por convertirse en donante de órganos en su licencia de conducir.
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— National File (@NationalFile) April 28, 2023
Este acto de bondad desinteresado, en el que la donante esperaba que sus órganos se usaran para salvar una vida, daría lugar a que su útero donado realizara abortos de facto y experimentos científicos antinaturales sin que ella hubiera dado su consentimiento expreso.
Wellcome Trust no pudo ser contactado para comentar sobre la naturaleza de sus estudios o el alcance de su relación con la Iniciativa Global Clinton.
Fuente: National File