Su apoyo al militarismo estadounidense significa también su apoyo a los ataques cada vez más profundos contra el nivel de vida y las condiciones sociales de la clase obrera, a través de los cuales ambos grandes partidos empresariales pretenden financiar la escalada bélica.
Hizo el anuncio el jueves, en medio de informes de los medios de comunicación de que Biden había decidido, antes de la cumbre de la OTAN de esta semana en Vilna, Lituania, autorizar el envío de municiones de racimo al ejército ucraniano. AOC ni siquiera se molestó en referirse a la bárbara medida —desafiando las prohibiciones sobre las armas antipersona que explotan y matan a civiles décadas después de ser disparadas— tan comprometidos están ella y el antisocialista, proimperialista y proguerra DSA con la campaña liderada por EEUU para desmembrar Rusia y robar sus recursos.
Su apoyo al militarismo estadounidense significa también su apoyo a los ataques cada vez más profundos contra el nivel de vida y las condiciones sociales de la clase obrera, a través de los cuales ambos grandes partidos empresariales pretenden financiar la escalada bélica. Hace sólo unas semanas, Biden y los republicanos acordaron recortes sociales por valor de más de $1 billón para la próxima década, un anticipo de un ataque a los programas sociales que incluirá Medicare y la Seguridad Social.
Ni que decir tiene que AOC no mencionó la ilegalización por parte de Biden de una huelga de trabajadores ferroviarios el pasado otoño y la imposición de un contrato favorable a la empresa que había sido rechazado por los trabajadores de base o su papel en el bloqueo de una huelga de estibadores de la Costa Oeste.
Ocasio-Cortez fue entrevistada en el podcast liberal ‘Pod Save America’ el jueves y se le preguntó si apoyaría la renominación de Biden por el Partido Demócrata frente a sus dos oponentes anunciados, la oradora motivacional Marianne Williamson y el fanático antivacunas Robert F. Kennedy Jr. ‘Creo que, dado ese campo, sí’, respondió.
Anteriormente, el pasado mes de febrero, había dicho que apoyaría a Biden ‘con entusiasmo’ si se convertía en el candidato del Partido Demócrata, pero que no lo respaldaría hasta que se resolviera la contienda por la nominación. Ahora ha abandonado esta reserva.
Ocasio-Cortez es el tercer miembro de ‘la escuadra’ de representantes supuestamente de izquierdas que respalda públicamente a Biden, incluidos Greg Casar, de Texas, que, como AOC, es miembro del DSA, e Ilhan Omar, de Minnesota.
Los otros tres miembros de la Cámara alineados con el DSA, Jamaal Bowman de Nueva York, Cori Bush de Missouri y Rashida Tlaib de Michigan, no se han pronunciado públicamente sobre la reelección de Biden.
En sus comentarios al podcast del jueves, Ocasio-Cortez hizo una valoración optimista del historial de Biden. ‘Creo que lo ha hecho bastante bien, dadas las limitaciones que tenemos’, comenzó. ‘Creo que hay altibajos, como en cualquier presidencia.
‘Hay áreas en las que creo que ha sido bastante fuerte’, continuó. ‘Salió por la puerta grande con el Plan de Rescate Americano’.
Se refiere a la primera legislación promulgada por el Congreso demócrata en la primavera de 2021, que destinó enormes sumas a nuevas dádivas a las empresas estadounidenses, además de proporcionar beneficios limitados a sectores de la población trabajadora. En particular, incluía una ampliación del crédito fiscal por hijos, que reducía la tasa de pobreza infantil en un 50%, pero que expiró a finales de año y no se renovó. La tasa de pobreza volvió a dispararse.
AOC alabó la llamada ‘Ley de Reducción de la Inflación’, aprobada el año pasado, afirmando que su gasto en energías renovables era ‘un paso masivo en términos de nuestra agenda climática’. A continuación expresó una leve crítica, declarando: ‘Pero, ya saben, también hay áreas que creo que podrían haber ido mejor. El presidente y creo que el Partido Demócrata en general siguen teniendo problemas con la inmigración’.
Utilizar ese lenguaje para describir el actual régimen de terror y represión contra los inmigrantes, tanto en la frontera como en todo el país, expresa desprecio por este sector más oprimido de la clase trabajadora y un cinismo absoluto hacia su propio público político.
Así como la administración Obama-Biden deportó a más inmigrantes que ninguna otra, la administración Biden-Harris ha mantenido casi todas las abominaciones de Trump e intensificado muchas de ellas. Los inmigrantes siguen siendo deportados en grandes cantidades; la frontera se refuerza sin piedad; las personas que huyen de la opresión y la pobreza siguen ahogándose en el Río Grande o muriendo en el desierto de Sonora.
Ocasio-Cortez pasó a culpar de cualquier fallo en el historial de Biden a un único obstáculo: el filibusterismo del Senado. ‘Tenemos grandes problemas estructurales en este país’, dijo. ‘Empieza por el Senado. Y hasta que no tengamos senadores dispuestos a levantarse y mirar fijamente al filibustero a los ojos, va a ser el Senado el que impida a este país una enorme cantidad de progreso’.
Si se pudieran cambiar las reglas del Senado para impedir que la minoría republicana bloquee la legislación liberal propuesta por Biden y los demócratas, sugirió, Estados Unidos florecería como un jardín. No se molestó en señalar que fueron los demócratas del Senado quienes se negaron a limitar el filibusterismo y que el propio Biden apoyó esta decisión porque buscaba un acuerdo bipartidista con los republicanos, junto con su objetivo declarado de mantener un ‘Partido Republicano fuerte’.
Y lo que es más importante, Ocasio-Cortez no dijo nada en absoluto sobre la política central del Partido Demócrata y de la administración Biden: la guerra en Ucrania contra Rusia. La administración y los demócratas del Congreso han respaldado repetidamente nuevos paquetes de armas a Ucrania, ampliando el alcance de la guerra y aumentando los riesgos de una confrontación militar a gran escala entre Estados Unidos y Rusia, amenazando al mundo con la perspectiva de un holocausto nuclear.
El coste de la guerra está recayendo directamente sobre las espaldas de los trabajadores estadounidenses, en forma de recortes del gasto social y ataques a los derechos democráticos, empezando por el derecho de huelga.
En diciembre, el Congreso aprobó la legislación que prohíbe la huelga ferroviaria, incluyendo los votos de AOC y otros dos demócratas del DSA. El Departamento de Trabajo de Biden se está moviendo ahora para imponer un acuerdo de venta a los trabajadores portuarios de la Costa Oeste y para bloquear una huelga de 340.000 trabajadores de UPS a finales de este mes. Dentro de unos días, se espera que Biden anuncie el nombramiento de un representante de la Casa Blanca para supervisar las negociaciones contractuales de la industria automovilística. En cada caso, Biden se ha apoyado en las burocracias sindicales, respaldadas por el DSA, para bloquear cualquier lucha de las bases, mientras prepara el uso de la coerción federal a través de la legislación o medidas cautelares si no lo hacen.
Leading left-wing politicians including Bernie Sanders, Ilhan Omar, and, most recently, Alexandria Ocasio-Cortez have already endorsed Joe Biden — even though primary voters haven’t yet had their say and most Democrats in polls don’t even want him to run. https://t.co/4WhpEaK4TF
— Jacobin (@jacobin) July 12, 2023
Ocasio-Cortez es ahora la decana de una creciente facción de miembros demócratas del Congreso vinculados al DSA. Se le da regularmente una plataforma en los programas de entrevistas de televisión de los domingos. AOC también está ascendiendo en el liderazgo del grupo demócrata de la Cámara de Representantes.
El representante Jamie Raskin, demócrata de mayor rango en el Comité de Supervisión y Gobernanza de la Cámara de Representantes, la ha nombrado su adjunta, una muestra de su confianza política en que no causará problemas al gobierno de Biden si los demócratas recuperan la mayoría en la Cámara de Representantes.
(Publicado originalmente en inglés el 9 de julio de 2023)
Fuente: World Socialist Web Site
