La directora de Actividades de Enfermería de Médicos Sin Fronteras, Emily Callie Callahan, señaló que su corazón está en Gaza y calificó de maravillosas a las personas con quien trabajó.
En entrevista concedida al canal estadounidense CNN, Callahan expuso detalles de la tragedia vivida junto a los civiles palestinos en la asediada Franja, sometida a una intensa y continua agresión israelí desde hace más de un mes.
Callahan, quien abandonó Gaza la semana pasada, comentó la triste situación de los niños en Gaza, muchos sufren de quemaduras en la cara, el cuello y las extremidades, heridas abiertas y amputaciones parciales. Durante 26 días en Gaza, la directiva y su equipo médico estuvieron obligados a trasladarse de lugar en cinco ocasiones como consecuencia de las masacres.
Los palestinos y los equipos médicos corren el riesgo de morir de hambre o sed. El bloqueo israelí deja a los pobladores sin agua potable, señaló.
Tras los intensos bombardeos al norte de la Franja de Gaza, Callahan envió mensajes de texto a los empleados de un hospital donde trabajó para conocer de ellos. Cuando le preguntaron si regresaría para servir con los palestinos, Callahan admitió que su corazón está en Gaza y describió de maravillosas a las personas con quien laboró. “Si tuviera una pizca de su coraje moriría feliz”, señaló.
Conforme a un portavoz de una agencia de ayuda de las Naciones Unidas, al menos el 70 por ciento de los dos millones de habitantes de la Franja de Gaza están actualmente desplazados, y la mayoría vive en condiciones horribles en refugios del organismo internacional.
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