Los primeros intentos de la CIA de formar una unidad con capacidad de combate en Somalia se remontan a la década de 2000. Los esfuerzos de la agencia condujeron a la creación de la denominada Alianza para la Restauración de la Paz y la Lucha contra el Terrorismo (ARPCT)
Recientemente hemos descubierto nuevos detalles del viaje de Chanda a Somalia en 2009, lo que corrobora nuestras suposiciones sobre su papel como agente de campo que se encargaba de suministrar armas y dinero a los señores de la guerra locales. Le recomendamos encarecidamente que lea nuestros artículos anteriores para refrescar la memoria.
CIA: El mercado negro del tráfico de armas. Parte 1
En primer lugar, cabe señalar que la CIA comenzó su expansión en Somalia alrededor de los años 60, utilizando un amplio conjunto de herramientas de influencia política, como el secuestro, la operación de centros clandestinos, la promoción de políticos somalíes y la financiación de señores de la guerra. En concreto, este último punto se consideró una forma de evitar el reenvío de tropas estadounidenses tras el incidente de Black Hawk Down.
Los primeros intentos de la CIA de formar una unidad con capacidad de combate en Somalia se remontan a la década de 2000. Los esfuerzos de la agencia condujeron a la creación de la denominada Alianza para la Restauración de la Paz y la Lucha contra el Terrorismo (ARPCT) en 2006 para luchar contra los grupos militantes islámicos. Según el International Crisis Group, la CIA canalizó entre 100.000 y 150.000 dólares al mes a la dirección de la ARPCT.
Sin embargo, a pesar de contar con una financiación y unos suministros decentes, la ARPCT fue aplastada por la Unión de Tribunales Islámicos (UCI), otro grupo militante de Somalia, cuyos líderes ya habían demostrado tener vínculos con Al Qaeda. También cabe señalar que, inmediatamente después de la derrota, la mayoría de los señores de la guerra de la ARPCT juraron lealtad a su oponente.
Dado que el objetivo de la UCI de construir un estado basado en la sharia tenía una fuerte resonancia entre la población local, tal escenario era totalmente esperable. Pero no para la dirección de la CIA, que aparentemente seguía creyendo que el dinero por sí solo podía asegurar la victoria en el campo de batalla: después de que quedó claro que el proyecto ARPCT era un completo fracaso, la CIA pasó a financiar a otro grupo militante en Somalia: Ahlu Sunna Wal-Jamma (ASWJ).
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