En Estados Unidos los datos son desalentadores. Según la organización Public Citizen, para 2004 se calculaba en más de 1 millón los puestos de empleo perdidos por la migración de varias compañías estadounidenses a México, donde los salarios de los trabajadores eran más bajos.
Las palabras se las lleva el viento, pero los datos duros y las estadísticas hablan por su cuenta. El Tratado de Libre Comercio de Norteamérica ha sido tremendamente perjudicial en lo económico y social para México. Vea la nota completa, más un amplio documental al respecto.
Los Tratados de Libre Comercio parecen ser la panacea de nuestros días, la medicina que los economistas neoliberales han prescrito para levantar nuestra alicaída industria, con promesas variadas que están en sintonía con las “corrientes de globalización”, con el “desarrollo moderno de las naciones” y por supuesto con la falacia que todo lo que está “libre y sin barreras aduaneras” es eficiente y conveniente para los países que suscriben los acuerdos.
Estas son las declaraciones del entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, cuando firmaba el TLCAN:
“Yo creo que hemos tomado una decisión que nos permitirá crear un orden económico en el mundo que promoverá más crecimiento, más equidad, mejor preservación del medioambiente y una mayor posibilidad de paz mundial. Estamos al punto de una expansión económica mundial provocada por el hecho que los Estados Unidos, en este momento crítico, ha decidido competir, en vez de tratar. En breves momentos firmaré el TLCAN en ley. El TLCAN librará las barreras de comercio entre nuestras naciones libres, y creará la mayor zona de libre comercio del mundo, creando 200 mil empleos solo en Estados Unidos durante el año 1995 solamente. Las partes medioambientales y laborales de este tratado negociadas por nuestra administración harán de este tratado una fuerza para el progreso social, así como para el crecimiento económico”.
Veinte años después de la firma del Tratado de Libre Comercio de Nortamérica (TLCAN, o NAFTA en sus siglas en inglés), es posible y hasta imperativo realizar una evaluación de los impactos de dichas medidas macroeconómicas en el desarrollo humano y social de los países involucrados.
En Estados Unidos los datos son desalentadores. Según la organización Public Citizen, para 2004 se calculaba en más de 1 millón los puestos de empleo perdidos por la migración de varias compañías estadounidenses a México, donde los salarios de los trabajadores eran más bajos.
Por otro lado, los subsidios agrícolas estadounidenses (especialmente al maíz) han provocado un desequilibrio que ha terminado por quebrar a miles de pequeños campesinos mexicanos, muchos de los cuales ante la necesidad debieron migrar al norte, provocando además una inmigración que se dobló durante las últimas dos décadas. Estos trabajadores nuevos en Estados Unidos, a su vez, bajan el estándar de remuneración promedio de los trabajadores en suelo estadounidense.
Pareciera ser que es como un efecto dominó, una reacción química en cadena que ha sido desastrosa para ambos países. Según detalla el periódico La Jornada, en México se ha perdido casi un tercio del ganado, que constituyen 322 mil unidades ganaderas. Pero además se ha creado una especie de juridicción especial para la ampliación de las facultades que tienen las grandes corporaciones de realizar negocios, incluso bajo el amparo de tribunales internacionales (que no están sujetas a control soberano de cada país) para arreglar sus diferendos con los gobiernos que forman parte del TLCAN, como detalla un artículo del periódico británico The Guardian.
En el citado artículo, se menciona que México podría haber alcanzado estándares de vida de los países desarrollados de no haber sido por el NAFTA, que al contrario ha desacelerado el crecimiento económico de México en comparación al resto de países latinoamericanos. “Entre 1960 y 1980 el Ingreso Per Cápita de México casi se dobló (…) si el país hubiera continuado creciendo a ese ritmo, tendría estándares de vida europeos hoy en día. Esto es lo que pasó en Corea del Sur, por ejemplo. Pero en México, como en el resto de la región, se comenzó un largo período de políticas neoliberales que, comenzando con el tratamiento de la crisis a principios de la década de 1980, se libró de políticas de desarrollo industrial, y cedió un mayor rol a la desregulación de la inversión y el comercio internacional, priorizando políticas fiscales y monetarias austeras (incluso durante recesiones)”, dice el artículo.
“Entre 20 países latinoamericanos, México está en el puesto 18, con un crecimiento menor al 1 por ciento anual desde 1994”, agregando que la pobreza ha caído del 43,9 % al 27,9 % en Latinoamérica entre los años 2002 a 2013, mientras que en México el nivel de pobreza se ha mantenido estancada desde 1994 a la fecha (en 52 por ciento).
Futuras promesas: Reforma Energética y Acuerdo Trans-Pacífico
Después de ver el resultado del TLCAN, es necesario repensar las consecuencias que podrían tener las recientes políticas de desregulación en el plano económico, como lo son la Reforma Energética y el Acuerdo Trans-Pacífico (TPP) que se está discutiendo en este momento, donde la retórica y los discursos son muy similares a las promesas de Bill Clinton y Carlos Salinas de Gortari, como hablar de “la comunidad global”, “oportunidad histórica”, ser “capaz de transformar y elevar la calidad de vida de todos los mexicanos”, como bien analiza un artículo de la publicación mexicana Proceso.
“Las familias mexicanas podrán sentir en sus bolsillos los beneficios de que nuestra economía vuelva a crecer a mayores niveles, como no ha ocurrido en las últimas décadas. Si aprovechamos esta gran oportunidad se habrán de crear cientos de miles de nuevos empleos”, ha declarado esta semana Enrique Peña Nieto con respecto a la Reforma Energética.
Para conocer los riesgos que suponen las negociaciones del Acuerdo Trans-Pacífico o TPP, le invitamos a checar este artículo (hacer click sobre el título):
“Video-Columna: Las Amenazas del TPP”
Por último, les dejamos dos videos. El primero es sobre las repercuciones del TLCAN (o NAFTA) en Estados Unidos, del noticiario Democracy Now (en inglés). El segundo es un documental llamado “Los Deportados del TLC”, que analiza las consecuencias sociales del TLCAN para los mexicanos (subtítulos en español).