Noriega será recordado por haber llegado al poder siendo agente de la CIA y haber cumplido desde su país la tarea encomendada de combatir todo lo que en la región oliera a comunismo.
“El señor Noriega murió esta noche”, en el hospital Santo Tomás de la capital panameña donde estaba internado, dijo a la AFP el secretario de Estado de Comunicación, Manuel Domínguez.
Noriega había sido sometido a una cirugía el pasado 7 de marzo de un tumor benigno en el hospital público Santo Tomás de la capital panameña. Después de la intervención, tuvo un sangrado cerebral, por lo que volvió a ser operado.
Luego quedó en estado crítico, del que ya no pudo salir. Para operarse, Noriega había salido temporalmente el 28 de enero de la prisión El Renacer, a orillas del Canal de Panamá, donde cumplía condenas por desapariciones y asesinatos.
Sus familiares habían solicitado en varias ocasiones que se le concediera arresto domiciliario definitivo por haber sufrido varios derrames cerebrales, complicaciones pulmonares, cáncer de próstata y depresión, pero todas las peticiones fueron rechazadas.
“La muerte de Manuel Noriega cierra un capítulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz”, manifestó el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
Muerte de Manuel A. Noriega cierra un capítulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz.
— Juan Carlos Varela (@JC_Varela) 30 de mayo de 2017
El Gobierno de facto de Noriega fue derrocado tras una invasión militar estadounidense en 1989, y el exgeneral, que en su juventud había sido reclutado por los servicios de inteligencia estadounidenses como informante, pasó los siguientes 17 años de su vida en una cárcel federal de Miami, condenado por tráfico de drogas, lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado. En 2010 extraditado a Francia, donde fue condenado a siete años de cárcel también por delitos vinculados al narcotráfico hasta que en diciembre de 2011 regresó a Panamá donde ya había sido condenado en ausencia por corrupción y asesinato.
En junio de 2015, tras años de silencio, Noriega apareció en televisión desde la cárcel para pedirle perdón a Panamá por sus «acciones» durante dos décadas de regímenes militares.
El octogenario inició su intervención aclarando que era una declaración y no una entrevista y presentándose como «el último general de la era militar«.
Noriega dijo que durante los últimos días había estado conversando consigo mismo y con su familia y reflexionado con la Iglesia, por lo que que consideró «oportuno que contribuya con la ciudadanía cerrando el ciclo de la era militar».
Video de Manuel Antonio Noriega pidiendo perdón
Carrera militar
Nacido en la provincia de Darién el 11 de febrero de 1934 y abandonado a muy temprana edad por su madre, Noriega optó por la carrera militar porque su familia adoptiva no podía costear los estudios de medicina a los que aspiraba.
Gracias a una beca logró ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos, en Perú, donde se dice fue reclutado por los servicios de inteligencia estadounidenses como informante.
A su regreso a Panamá, en 1962, ingresó al ejército con el grado de subteniente, pero a los pocos años ya ostentaba la comandancia de la zona militar de Chiriquí, en el occidente del país.
Y su lealtad para con el general Omar Torrijos luego del golpe militar de 1968 fue recompensada con su nombramiento al frente del aparato de inteligencia militar, G2, lo que en la práctica lo convirtió en el segundo hombre más poderoso de Panamá.
Su relación con la CIA se consolidó durante esos años, en los también que empezaron a circular los primeros rumores que lo vinculaban con el tráfico de armas, drogas y el crimen organizado, y lo responsabilizaban por la tortura y desaparición de opositores al régimen militar.
Luego de la muerte de Torrijos en un extraño «accidente aéreo» en 1981, Noriega continuó ascendiendo hasta obtener el grado de general y erigirse en comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa. Es decir, gobernante de facto de Panamá.
Informante de alquiler
Con la Guerra Fría en su apogeo, esto convirtió a Noriega en un aliado todavía más valioso para unos Estados Unidos preocupados por la influencia de Cuba en Centroamérica, el triunfo de la revolución sandinista de Nicaragua y los avances de las guerrillas del FMLN en El Salvador.
La invasión a Panamá: 20 de Diciembre de 1989
Entre Noticias/Agencias