Obama visitará Hiroshima, pero sin cuestionar el uso de la bomba atómica

Aunque la mayoría de los estadounidenses parece seguir ignorándolo, lo cierto es que no sólo la mayoría de los altos dirigentes militares de EU pensaba que los bombardeos fueron innecesarios e injustificados, muchos también se sintieron moralmente ofendidos por lo que vieron como destrucción innecesaria de ciudades japonesas y de lo que eran esencialmente poblaciones no combatientes.

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Dwight D. Eisenhower: «No era necesario atacarlos (a los japoneses) con esa cosa horrible»

Barack Obama visitará Hiroshima a finales de mayo, convirtiéndose en el primer presidente en funciones de su país en arribar a la ciudad japonesa desde la Segunda Guerra Mundial, pero no ofrecerá disculpa alguna, ni cuestionará la decisión del uso de la bomba atómica sobre dicha urbe, informó la Casa Blanca el martes.

Sin embargo, la visita de Obama contemplada para el 27 de mayo junto al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, “pondrá de relieve su compromiso continuo con la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

«No revisará la decisión sobre el uso de la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, ofrecerá una visión hacia el futuro centrada en nuestro futuro compartido», escribió Ben Rhodes, el viceasesor de seguridad nacional de Obama, en la publicación Medium. «Con la visita, el presidente pondrá el foco en el tremendo y devastador coste humano de la guerra».

La visita de Obama se enmarca en la gira que realizará el mandatario entre el 20 y 28 de mayo a Japón para asistir a la cumbre del G-7, y también a Vietnam, en su décimo viaje a una región que ha desempeñado un papel importante en su denominada política del “pivote asiático”, que busca contener la influencia geopolítica de China.

Hace casi 71 años, el 6 de agosto de 1945, fue detonada por primera vez la bomba atómica en Hiroshima en una acción de guerra, siendo Harry Truman el presidente de EU quien apelara a la divinidad sobre el uso de la misma: “Le pido a Dios su guía para usarla según sus designios”.

Aunque la mayoría de los estadounidenses parece seguir ignorándolo, lo cierto es que no sólo la mayoría de los altos dirigentes militares de EU pensaba que los bombardeos fueron innecesarios e injustificados, muchos también se sintieron moralmente ofendidos por lo que vieron como destrucción innecesaria de ciudades japonesas y de lo que eran esencialmente poblaciones no combatientes. Además, hablaron de manera bastante abierta y pública sobre el tema.

El general Dwight D. Eisenhower describiría así su reacción cuando el secretario de Guerra Henry L. Stimson le dijo que se utilizaría la bomba atómica en Japón:

“Durante su enumeración de los hechos relevantes, fui consciente de un sentido de depresión y por lo tanto le expresé mis graves dudas, primero sobre la base de mi creencia de que Japón ya estaba derrotado y que el lanzamiento de la bomba era totalmente innecesario, y segundo porque pensaba que nuestro país debía evitar el choque a la opinión pública mundial por el uso de un arma cuyo empleo, pensaba, ya no era indispensable como una medida para salvar vidas estadounidenses”.

 

En otra declaración pública, el hombre que llegó después a ser presidente de EU fue directo: “No era necesario atacarlos con esa cosa horrible”.

El general Curtis Emerson LeMay, el duro “halcón” de la Fuerza Aérea del Ejército, también se desanimó. Poco después de los bombardeos declaró en público: “La guerra habría terminado en dos semanas… La bomba atómica no tuvo nada que ver en absoluto con el final de la guerra.”

El almirante de la Flota, Chester W. Nimitz, comandante de la Flota del Pacífico, hizo la siguiente declaración: “Los japoneses, en realidad, ya habían pedido… La bomba atómica no jugó ninguna parte decisiva, desde un punto de vista puramente militar, en la derrota de Japón.”

Estados Unidos asistió por primera vez a la conmemoración del bombardeo de Hiroshima en agosto de 2010, que marcaba el aniversario 65 del bombardeo atómico por EU a la ciudad. Fue la primera vez que un funcionario estadounidense, el embajador de EU en Japón Jon Roos, asistía a la ceremonia.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, visitó en abril, junto con otros cancilleres del G-7 el Parque de la Paz de Hiroshima. Se trataba de la primera vez que un jefe de la diplomacia de Estados Unidos rendía homenaje a las alrededor de 245.000 víctimas que causaron las dos bombas atómicas que lanzó su país en 1945. Aunque participó en una ceremonia depositando una ofrenda floral al pie del monumento a las víctimas, Kerry evitó emitir cualquier palabra que pudiera interpretarse como un acto de disculpa por el bombardeo.

El expresidente Jimmy Carter fue el primero en visitar la ciudad japonesa en 1984, pero habiendo dejado ya la presidencia.

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