El fallecido fiscal Alberto Nisman.
Las extrañas circunstancias alrededor de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, apenas unos días después de denunciar un complot gubernamental en el caso AMIA, siguen remeciendo a su país y a la comunidad internacional.
Los dardos apuntan a la administración de Cristina Fernández, quien ha negado en misivas y en transmisiones televisivas que las acusaciones del fallecido Nisman sean verdaderas, al tiempo que insiste en la hipótesis del suicidio.
El fiscal había acusado al gobierno argentino de mantener pactos secretos con Irán, de orden comercial, que incluían el levantamiento de las órdenes internacionales de captura de agentes iraníes que habrían participado en el atentado contra la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en 1994, donde fallecieron 85 personas y centenares quedaron heridas.
Estrecha colaboración entre Nisman y EEUU
Mientras avanzan las investigaciones, más se abren las grietas por donde se vislumbra una batalla entre distintos servicios de inteligencia involucrados en el caso AMIA.
Según detallan los 2500 cables de Wikileaks relacionados con Argentina, entregados por Julian Assange al periodista sudamericano Santiago O’Donnell, existía una estrecha colaboración entre agentes del FBI y el fiscal Alberto Nisman.
Esta relación quedó plasmada en los libros «ArgenLeaks» (2011) y «PolitiLeaks» (2014), publicados por O’Donnell, donde se detalla que desde la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires se le daban instrucciones a Nisman para seguir la pista iraní, restando relevancia a la conexión siria o los policías locales.
Según indica el periódico Página 12: “En la colección de cables de la embajada norteamericana en Buenos Aires, dados a conocer por Wikileaks, hay decenas de informes de visitas de Nisman a la delegación diplomática donde discutía la orientación de la causa, pedía disculpas por no avisar de tal o cual medida que tomó y les enviaba textos que recién después presentaría a la Justicia. Como transcribió este diario el 27 de febrero de 2011, los norteamericanos se mostraron muy enojados: “No hay que orientarse a la pista siria ni a la conexión local. Seguir esas pistas podría debilitar el caso internacional en contra de los acusados iraníes”. Las instrucciones al fiscal se las daban desde la Oficina Legal, nombre de fantasía usado en lugar de FBI”.
Redacción Entre Noticias.
