“Canto para hacer que te sientas orgulloso de ti mismo y de tu trabajo”, declaró Guthrie en mitad de la tormenta de sus tiempos.
Fueron tiempos duros: dentro del país había desempleo, pobreza y protestas populares. Afuera, las tensiones que finalmente llevarían a la Segunda Guerra Mundial.
De ese caldo surgió la música de Guthrie y su legado trascendió tiempo y fronteras impactando artísticamente a cantantes como Bob Dylan, Bruce Springsteen o John Mellencamp, entre muchos otros.
En América Latina influenció a artistas como los argentinos Mercedes Sosa y León Gieco, y el chileno Victor Jara, icono de la lucha contra el gobierno militar de Augusto Pinochet.
“This machine kills fascists” (esta máquina mata fascistas) es la frase que Woody Guthrie, considerado también el padre de la música folk estadounidense, llevaba escrita en su guitarra.
Sus padres lo bautizaron como Woodrow Wilson Guthrie en honor al recién electo presidente demócrata, Woodrow Wilson, a quien muchos consideraban entonces un paladín de las causas populares, lo contrario de lo que expresara Hellen keller quien mostró su total desacuerdo con la política que desarrollaba el presidente Wilson.
Volviendo a nuestro héroe de la música estadounidense, resulta que compondría y cantaría una canción quejándose de las prácticas racistas de su casero en el complejo Beach Haven de Brooklyn, refiriéndose a él como “Old Man Trump”. Se trataba efectivamente de Fred Trump, padre del actual inquilino de la Casa Blanca.
Fred Trump, de origen alemán, fue agente inmobiliario y a finales de los años veinte del s.XX se convirtió en constructor. Durante la II Guerra Mundial inició su política de acaparar contratos públicos, construyendo cuarteles y viviendas para las fuerzas armadas. Uno de estos proyectos era Beach Haven, en Nueva York, un gran edificio de apartamentos destinado a veteranos de la guerra.
Woody Guthrie quiso acceder a uno de esos apartamentos, ya que había servido en la marina mercante durante la guerra. Tan sólo un año viviendo en el complejo Beach Haven, el cantautor comenzó a odiar su nuevo hogar y hasta lo apodó “Bitch Havens”. El motivo era simple, el Sr. Trump aprovechaba las directrices de la Federal Housing Authority para lograr mantener a la población negra y otras minorías fuera de su complejo de ochocientas viviendas, algo que Guthrie, revolucionario y contestatario como era, no pudo tolerar. Lleno de ira y frustración, se quejó abiertamente en contra de este racismo dejando claro que Beach Haven nunca sería su hogar y llegándolo a llamar, proféticamente: Trump Tower.
Según Will Kaufman, profesor de literatura y cultura norteamericanas de la universidad de Lancashire, Donald “heredó el racismo de su padre, y probablemente fue aleccionado por su padre en ese racismo, y él trabajó con su padre para perpetuarlo”.
Fred Trump fue investigado por el Senado en 1954 por aprovecharse de los contratos públicos. Donald Trump se hizo cargo de la empresa de su padre en 1968, cuando solo tenía 22 años. En 1973, el Departamento de Justicia demandó a los Trump precisamente por racismo: los edificios de viviendas que construían estaban vedados para la clase media. Esta política de los Trump fue denuncia en un reportaje del Village Voice en 1979. Fred Trump murió en 1999. Para entonces, su hijo Donald había dejado de construir para la clase media, dedicándose al mercado de los ricos.
Compartimos una de las canciones más emblemáticas del espíritu que movía a Woody Guthrie, absolutamente contrario al oscurantismo que pretenden imponerle a la sociedad estadounidense.
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