Este es el séptimo tiroteo de este tipo en Estados Unidos en lo que va de 2018.
Se informó que el tirador, identificado por las autoridades como Robert Bowers, de 46 años, está bajo custodia y fue trasladado a un hospital en condición estable con múltiples heridas de bala.
11 muertes fueron confirmadas por las autoridades. Temprano en la mañana se reportó que al menos cuatro de ellas ocurrieron en el piso principal de la sinagoga Tree of Life (Árbol de Vida) y otras cuatro fueron en el sótano de la instalación.
Según CBS, el sujeto entró a la sinagoga a eso de las 9:54 a.m. gritando «Todos los judíos deben morir» y comenzó a disparar indiscriminadamente, aunque las autoridades no quisieron confirmar esta información. El servicio había comenzado a las 9:45 a.m.
Un expresidente de la sinagoga, Michael Eisenberg, confirmó que a esa hora de la mañana, la sinagoga lleva a cabo tres servicios simultáneos a los que usualmente se presentan entre 30 y 40 personas.
El Negociado Federal de Investigaciones (FBI) está a cargo de la investigación de lo que fue catalogado como un crimen de odio.
El agente especial del FBI, Bob Jones, indicó que el tirador entró con un rifle AR-15 y tres pistolas a la sinagoga, aunque no se ha determinado aún si utilizó todas las armas durante el ataque.
El sospechoso se rindió a las autoridades cuando se encontraba en el tercer piso de la sinagoga, no sin antes intercambiar disparos con oficiales a los que hirió de bala.
Múltiples heridos fueron trasladados al hospital University of Pittsburgh Medical Center. Las heridas de los oficiales no representan peligro para la vida, pero otras dos personas se encuentran en condición crítica, informó el director de Seguridad Pública de la ciudad de Pittsburgh, Wendell D. Hissrich.
«Es una escena del crimen muy horrible. Es una de los peores que he visto. Es muy mala», señaló un compungido Hissrich.
Por su parte, el presidente Donald Trump tuiteó que estaba al pendiente del desarrollo de la situación y repitió las recomendaciones de la policía.
Trump señaló a preguntas de los medios que la presencia de un guardia armado en la sinagoga hubiera sido clave para detener al tirador.
El gobernador de Pensilvania Tom Wolf calificó el hecho de “una tragedia absoluta”.
«Recemos y esperemos que no haya más pérdida de vidas”, dijo Wolf. «Pero hemos estado diciendo ‘basta’ demasiado tiempo. Las armas están poniendo en peligro a nuestros ciudadanos”.
El fiscal Scott Brady, por su parte, adelantó que esperan radicar los cargos correspondientes a Bowers entre hoy y mañana.
La sinagoga está ubicada en la intersección de las avenidas Wilkins y Shady. El barrio residencial arbolado de Squirrel Hill, a unos 10 minutos del centro de Pittsburgh, es el centro de la comunidad judía de Pittsburgh.