«Si tuviera que admitir su mayor error político en los 14 años de su Presidencia, ¿cuál sería?», preguntó el medio y Morales respondió:
La posible reelección de Morales fue objeto de intensos debates en febrero de 2016, cuando un referéndum negó la posibilidad de modificar la actual Constitución del país para permitir, nuevamente, su inscripción como candidato. No obstante, el Tribunal Constitucional boliviano autorizó después su repostulación en las elecciones presidenciales de 2019 para aspirar a su cuarto mandato, argumentando que no podían vulnerarse derechos políticos, consagrados en el artículo 23 de la Convención Americana.
El 20 de octubre de 2019, Evo Morales ganó las elecciones en primera vuelta, al obtener una ventaja de más de 10 puntos sobre su principal contendiente, Carlos Mesa. Sin embargo, tres semanas después, el domingo 10 de noviembre, el entonces mandatario anunció su renuncia por la presión de las Fuerzas Armadas y la Policía, después de que grupos violentos de la oposición quemaran las casas de funcionarios públicos y amenazaran con «secuestrar y maltratar» a los familiares de los líderes indígenas.
La OEA en la crisis política
La Organización de Estados Americanos (OEA) fue clave para aumentar la tensión sobre presuntas irregularidades durante el conteo de los resultados. No obstante, como señaló el propio Morales en su momento, anulando las 226 actas en donde se encontraron supuestas irregularidades no alcanzaba para quitarle la ventaja de 10 % que establece la Constitución para dar la victoria en primera vuelta.
«No hubo fraude. La OEA prendió fuego a Bolivia con su informe electoral», dijo el mandatario depuesto en entrevista con el medio alemán.
Además, Morales dijo que hasta el día de su renuncia no se registraron muertes en el contexto de crisis política en el país. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, entre el 20 de octubre, cuando se celebraron los comicios en Bolivia, y el 28 de noviembre, se registró la muerte de 35 personas en el marco del conflicto político; sin embargo, 32 de ellas sucedieron tras el golpe de Estado contra el mandatario.
Después del golpe de Estado en su contra, Morales se asiló en México para salvar su vida, y luego se refugió en Argentina, en donde permanece actualmente.
El papel de Washington
Desde su refugio en Buenos Aires, Morales también reiteró que Washington estuvo detrás del golpe de Estado en su contra por el tema del litio. Bolivia posee una reserva de 21 millones de toneladas de litio, lo que ubica a ese país andino como el mayor poseedor de este mineral en el mundo.
Promete regresar
Entretanto, el Gobierno de facto de Bolivia acusa a Morales de «sedición», «terrorismo» y «financiamiento al terrorismo», y ha girado órdenes de aprehensión en su contra.
No obstante, pese al riesgo que representa volver al país andino, Morales declaró a Die Zeit que espera regresar para pacificar al país, incluso más pronto de lo previsto: «Tal vez nos veremos mucho antes en Bolivia, ya en la campaña electoral».
Por otro lado, el depuesto presidente de Bolivia, condenó este sábado la agresión de la Resistencia Juvenil Cochala (RJC) contra un grupo de personas en la plaza de Cala Cala, Cochabamba.
“Repudiamos el acto de violencia, racismo y discriminación ocurrido ayer en Cochabamba”, afirmó el mandatario, quien acusó al gobierno de facto de Jeanine Áñez de golpear a los bolivianos mientras hablan de “pacificación”.
Los desalojados bruscamente por la RJC son miembros de una comisión de transportistas que esperaban en Cala Cala el momento para ingresar al hotel Camino Plaza, donde se desarrollaba un foro del sector.
Redacción Entre Noticias | Actualidad RT | evr