¿Es el coronavirus la nueva «magia de Merlín»?

Uno de los episodios más relevantes de la película es sin duda el duelo entre Merlín y Madam Mim. El duelo casi es ganado por Madam Mim cuando ella se transforma en un dragón, pero Merlín hace uso de su conocimiento sobre el futuro y se transforma a sí mismo en una bacteria que transporta una enfermedad terrible, haciendo que Mim se enferme tanto que no pueda continuar. ¿Será que en este siglo XXI le han sido robados sus poderes a Merlín para utilizarlos de manera perversa contra humanidad?Lee el artículo y saca tus propias conclusiones.

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En el contexto del brote del COVID-19 habría que retomar el El Informe del Consejo Nacional de Inteligencia: Proyecto 2020 escrito y publcado en 2004, realizado con base en «consultas con expertos de organizaciones no gubernamentales» en el que se afirma que el proceso de globalización se podría ver seriamente amenazado de ocurrir un suceso de grandes dimensiones, señalan incluso éste podría ser una pandemia.

Merlín el encantador, es una película de animación de 1963, producida por Walt Disney Pictures. El decimoctavo largometraje animado en la serie de Disney, y la última animación estrenada en la vida de Walt Disney. La película se basa en el libro homónimo de T. H. White, y cuenta las aventuras del Rey Arturo antes de ser coronado monarca, y su relación con el mago Merlín.

Uno de los episodios más relevantes de la película es sin duda el duelo entre Merlín y Madam Mim. El duelo casi es ganado por Madam Mim cuando ella se transforma en un dragón, pero Merlín hace uso de su conocimiento sobre el futuro y se transforma a sí mismo en una bacteria que transporta una enfermedad terrible, haciendo que Mim se enferme tanto que no pueda continuar. Y para variar, Merlín le receta que tome el sol, algo que ella odia.

¿Será que en este siglo XXI le han sido robados sus poderes a Merlín para utilizarlos de manera perversa contra humanidad?

Recordemos las palabras del exsecretario de Defensa de Estados Unidos, Robert McNamara, persona nefasta y amoral que, entre otras bondades, falsificara las pruebas para justificar que Estados Unidos se implicara a fondo en la guerra de Vietnam y, como presidente del Banco Mundial, presionara a los países en vías de desarrollo para que aceptasen las políticas de eugenesia de la International Planned Parenthood Foundation (IPPF), para la reducción demográfica.

«Hay que tomar las medidas para la reducción demográfica del globo terráqueo, aun en contra de la voluntad de sus respectivas poblaciones. La reducción del índice de natalidad ha sido un fracaso. Por eso tenemos que aumentar la tasa de mortalidad por medios naturales, por el hambre y por la inoculación de todo tipo de enfermedades”.

 
Muchos historiadores del control demográfico señalan al Reverendo Thomas Malthus, nacido en el siglo XVIII, como el pionero en esta cuestión. Él creía que los seres humanos siempre se reproducirían más rápido de lo que la Tierra es capaz de alimentarlos.

Desde los años ’60, el Banco Mundial, la ONU, y fundaciones filantrópicas estadounidenses, como la Ford o la Rockefeller, empezaron a enfocarse en lo que consideraban el problema de las cifras crecientes del Tercer Mundo.

Consideraban que la sobrepoblación era la principal causa de degradación ambiental, el bajo desarrollo económico y la inestabilidad política. La población masiva en el Tercer Mundo se veía como una amenaza al capitalismo occidental y al acceso a los recursos.

“Afirmo que la capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos para el hombre. La población, si no encuentra obstáculos, aumenta en progresión geométrica. Los alimentos sólo aumentan en progresión aritmética. Basta con poseer las más elementales nociones de números para poder apreciar la inmensa diferencia a favor de la primera de estas dos fuerzas”. Malthus. Ensayo sobre la ley de población/ 1798.

 
En 1966, el presidente Lyndon Johnson advirtió que Estados Unidos podría verse desbordado por masas desesperadas e hizo que la ayuda a países en desarrollo dependiera de que adaptaran programas de planificación familiar.

Otros países ricos como Japón, Suecia y el Reino Unido también empezaron a dedicar grandes sumas de dinero a reducir las tasas de nacimiento del Tercer Mundo.

A principios de los años 70 el presidente Nixon pidió al Congreso mayores fondos para financiar las actividades de población. En 1970 creó la Comisión sobre el Crecimiento Demográfico y el Futuro de Norteamérica, nombrando para presidirla nada menos que a John D. Rockefeller III.

En su carácter de secretario de estado del gobierno norteamericano, Henry Kissinguer suscribió el 24 de abril de 1974, el documento titulado “Memorandum de Estudio para la Seguridad Nacional nº 200 (NSSM 200) – “Implicaciones del Crecimiento Poblacional Mundial para la Seguridad de Estados Unidos e Intereses de Ultramar”.

En 1989 estos documentos fueron desclasificados. Esto permitió descubrir como el Informe Kissinger recomendaba al Ejecutivo del gobierno de Richard Nixon declarar de máxima prioridad el control de natalidad en 13 países. Brasil aparecía en primer lugar; los otros países eran India, Bangladesh, Paquistaní, Nigeria, México, Indonesia, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia. Se alegaba que la “explosión” demográfica era una “amenaza” para la seguridad de de los EE.UU. Entre otras cosas, recomendaba a las agencias del gobierno de Estados Unidos no usar el término “control de la natalidad” para no asustar a los políticos, sino expresiones como “planificación familiar” o “paternidad responsable”. El objetivo era garantizar el acceso de los EE.UU. a las materias primas de esos países, minimizando el consumo interno en ellos.

El Informe del Consejo Nacional de Inteligencia: Proyecto 2020

En el contexto del brote del COVID-19 habría que retomar El Informe del Consejo Nacional de Inteligencia: Proyecto 2020 escrito y publicado en 2004, realizado con base en «consultas con expertos de organizaciones no gubernamentales» en el que se afirma que el proceso de globalización se podría ver seriamente amenazado de ocurrir un suceso de grandes dimensiones, señalan incluso éste podría ser una pandemia.

Se detalla que es cuestión de tiempo para que en el mundo aparezca una nueva pandemia como el virus que de 1918 a 1919 provocara la muerte de cerca de 20 millones de personas, haciendo hincapié en que países con sistemas de salud deficientes como África Subsahariana, China, India, Bangladesh o Pakistán podrían ser focos de rápido avance.

Además, esta desaceleración o completo estancamiento del proceso de globalización podría forzar a los gobiernos del mundo a la aplicación de restricciones sobre el flujo de capital, bienes e incluso personas que, irónicamente, se han visto atadas por las cadenas de esa misma globalización. Muy conveniente, ¿no?.

¿Es acaso que quienes gobiernan a los gobiernos tenían ya planeado todo lo que estamos viendo en este 2020 desde hace años?, ¿podría ser la «magia de Merlín» el truco que tendrían bajo la manga para alcanzar sus ambiciones de poder ilimitado?

Entre Noticias sólo plantea los cuestionamientos, queda en el lector sacar sus propias conclusiones.

¿Profetizó Bill Gates en 2015 el actual brote de coronavirus?

 
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