Hart Island, el islote ubicado al noroeste del Bronx que ha servido de cementerio para los cuerpos no reclamados y no identificados desde 1869.
Los cuerpos de las víctimas de coronavirus que no sea reclamados por sus familiares serán trasladados a Hart Island, el islote ubicado al noroeste del Bronx que ha servido de cementerio para los cuerpos no reclamados y no identificados desde 1869.
«Es probable que las personas que fallecieron (coronavirus) … sean enterradas en la isla en los próximos días», dijo a CNN el secretario de prensa del alcalde de la ciudad de Nueva York, Freddi Goldstein.
La isla ahora se ha convertido en una gran fosa común para los muertos que deja el nuevo coronavirus, conocido como COVID-19.
Goldstein explicó que la ciudad está transfiriendo los cuerpos no reclamados para abrir espacio a los cuerpos de otras víctimas de coronavirus que serán solicitados por sus familiares.
«Estas son personas que, durante dos semanas, no hemos podido encontrar a nadie que diga ‘Conozco a esa persona que amo, yo manejaré su entierro’ … Estas son personas (que se trasladarán a la isla) con las que hemos hecho cero contacto con la familia», dijo Goldstein.
Cada día son enterrados 25 cadáveres en la isla. Nueva York, es uno de los mayores epicentros de la pandemia: más de 170 mil positivos y unos 8 mil muertos hasta el viernes. Las autoridades dicen que el número de hospitalizados está disminuyendo, pero la cifra de víctimas mortales va en aumento.
En todo Estados Unidos hay más de 486 mil casos confirmados y más de 18 mil muertos, la cifra es la segunda más alta después de Italia. La Administración de Donald Trump, bajo críticas por su respuesta al SARS-CoV-2, rechaza, se defiende y apunta el dedo acusar hacia la OMS, al que acusa de estar demasiado centrada en China y, y además, habla de un recorte a sus contribuciones a este organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Para China, acusando a la OMS, Washington no busca más que desviar la atención pública. China no está sola. Alemania, el aliado europeo de Estados Unidos, a través de su ministro de Exteriores, Heiko Maas, lamentó que la Casa Blanca le restó importancia durante mucho tiempo al coronavirus y que respondió demasiado lenta a la crisis.
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