Los rostros del viacrucis en Taxco: asesinato de la niña Camila, linchamiento de los presuntos responsables y el luto humano nuestro de cada día

«Pues toda la vida es acumulación de desprecios hasta que sobreviene el desprecio final, el gran desprecio que es la muerte». José Revueltas

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Taxco y su viacrucis en Semana Santa

Cientos de personas acompañaron el féretro de Camila hacia el panteón municipal, la pequeña de 8 años secuestrada y asesinada el miércoles pasado en Taxco, Guerrero.

Era el Viernes Santo en esa localidad guerrerense, vestido irremediablemente de luto, haciendo recordar aquellas palabras lapidarias de José Revueltas en su obra, El Luto Humano:

«Pues toda la vida es acumulación de desprecios hasta que sobreviene el desprecio final, el gran desprecio que es la muerte». 

 
El recorrido tomó aproximadamente dos horas, hasta que familiares de Camila pidieron a medios separarse del cortejo para vivir su duelo de forma privada.

La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, se pronunció públicamente hasta el viernes por la tarde. “Me uno al dolor de la familia y amigos, así como de la comunidad taxqueña y guerrerense por la pérdida de Camila, a quienes reafirmo que este gobierno no va a permitir la impunidad y no descansará hasta llegar hasta las últimas consecuencias”, expuso la gobernadora en sus redes sociales.

Camila, una niña de 8 años de edad, fue hallada muerta en la carretera Taxco-Cuernavaca. Desapareció el pasado miércoles alrededor de las 3 de la tarde. De acuerdo a la Fiscalía de Guerrero, la madre de la menor recibió una llamada de un teléfono celular en el que le exigían un pago de 250 mil pesos para dejar en libertad a su hija.

 

“Mataron a mi sobrina, la secuestraron, la torturaron, ya hicieron la autopsia, fue estrangulamiento. Estamos devastados”, declaró César Gómez, tío de Camila. Así le sobrevino a Camila el desprecio final, abriéndole paso de inmediato a la ira de la gente al grado de conducirles a la idea de hacer justicia por su propia mano. Acusaciones señalaban a una mujer y dos hombres como responsables del secuestro y posterior homicidio de la niña. En un acto de furia colectiva, la multitud irrumpió en el domicilio de la sospechosa, desencadenando una escalada de violencia.

¿Justificado el linchamiento en Taxco en el contexto de un viacrucis interminable de impunidad en México?

«La libertad no es un regalo que nos dé un estado o un jefe, sino un bien que se conquista todos los días, con el esfuerzo de cada individuo y la unión de todos ellos», escribió Albert Camus.

 
¿Cabe el sentido de la frase de Camu en el linchamiento que nos ocupa como respuesta natural al brutal feminicidio de la pequeña Camila?

Pese a la gravedad de los hechos, publica el diario El País, el secretario de seguridad del municipio, Doroteo Eugenio Vázquez, ha responsabilizado a la madre de Camila por omisión de cuidado. “Hubo una responsabilidad maternal y hay una omisión, porque si yo como padre tengo un hijo, debo vigilarlo, guiarlo, orientarlo. Aquí supuestamente la señora dejó salir a su niña sin las medidas de seguridad pertinentes”, declaró en diversos noticieros, donde también defendió la inacción de los policías, dijo que fueron rociados con gasolina y nada pudieron hacer.

Camila, previo permiso de su familia, atendió la invitación de Ana Rosa Díaz, vecina y madre de una amiga, para pasar una tarde calurosa en una alberca inflable. La ubicación del sujeto identificado como José “N”, de oficio taxista y pareja sentimental de la mujer, la misma que después negó la visita de la niña a su domicilio, fue la clave para localizar el cadáver en una carretera federal. Y la mecha que desencadenó el linchamiento de Ana Rosa y de sus hijos Alfredo y Axel. Los familiares pasaron horas a la espera de la orden de aprehensión de las dos personas que aparecen en la grabación cargando en un automóvil una canasta con ropa y un bulto de plástico un par de horas después de que Camila llegara a la casa dando saltos para jugar con su amiga.

Los presuntos victimarios, según informa El País, permanecían atrincherados en una vivienda rodeada de policías para evitar una posible fuga, y los lugareños vigilaban fuera para comprobar que fueran detenidos. La turba enardecida decidió no esperar más e irrumpieron en el domicilio para sacar a la mujer y a sus dos hijos. En los videos que circulan en redes sociales se puede ver cómo suben al techo, retiran las láminas y logran sacar a los presuntos verdugos de Camila. En menos de una hora, la mujer y los dos varones fueron golpeados, apaleados, pateados y rociados con gasolina hasta quedar inconscientes. “¡Mátenla! ¡Mátenla!”, “Maldita perra, es lo menos que te mereces!”, se escucha a la turba gritar mientras golpean sin cesar a la mujer, a quien habían visto en los videos de seguridad metiendo en el taxi la canasta con ropa, y a su acompañante con el bulto que se presume era el cuerpo de Camila.

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