Obama ha comparecido en la Casa Blanca junto a su homólogo francés, François Hollande, y ambos han coincidido en llamar a la calma tras el derribo del Su-24 ruso. Ambos pidieron a Ankara y Moscú que dialoguen para evitar un aumento de las tensiones que, indirectamente, podría perjudicar a la «lucha contra el terrorismo» en Siria.
«Para nosotros, es muy importante que rusos y turcos hablen para averiguar exactamente lo que ocurrió y adopten medidas para evitar cualquier escalada», señaló Obama. Hollande ha subrayado que esta «escalada» sería «extremadamente perjudicial».
Hollande aseguró también que se trata de un incidente «grave» y «lamentable», pero tanto él como Obama han alegado no conocer todos los «detalles». Obama dijo que tiene la intención de hablar «en los próximos días» con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan para el evaluar el incidente.
Por su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha apelado a «la calma y a rebajar la tensión» y ha dejado claro que la inteligencia de otros países de la OTAN confirman la versión de Ankara. «Estamos apelando ahora a la calma y a rebajar la tensión. Esto es una situación seria», ha advertido tras la reunión extraordinaria de los embajadores de la OTAN a petición de Ankara para informarles del incidente.
«Es una situación que requiere que todos seamos prudentes y que todos contribuyamos a rebajar la tensión», ha insistido el noruego, después de que Moscú negara haber violado el espacio aéreo turco y que Vladimir Putin calificara el derribo del avión ruso como «una puñalada por la espalda»