21 años han pasado de su partida. Eduardo Mata, quien pareciera la mañana del 4 de enero de 1995 después de despegar su nave Piper Aerostar, misma que sufriría una avería en un motor forzando el descenso, para finalmente precipitarse con el compositor y director de orquesta mexicano y su acompañante, en un vuelo que sería entre Cuernavaca, Morelos cerca de la ciudad de México rumbo a Dallas, Texas.
Considerado el mejor director de orquesta de los últimos tiempos nacido en México, Mata tenía 53 años cuando perdió la vida, sin embargo, su obra y sus iniciativas perduran en el tiempo, tal es el caso de la Orquesta Juvenil Eduardo Mata (OJUEM), los Solistas de México y el premio internacional de orquesta que lleva su nombre.
De acuerdo con sus biógrafos, el músico nació el 5 de septiembre de 1942 y comenzó su preparación artística a los tres años de edad, con la guitarra, para años después ingresar al Conservatorio Nacional de Musica, academia en la que estudiaría con el reconocido compositor Carlos Chávez, del que años después grabaría la totalidad de sus obras, además de un amplio catálogo de piezas de concierto y de cámara, que van desde las más conocidas del repertorio internacional hasta rarezas del repertorio mexicano, siendo Eduardo Mata uno de los directores de talla internacional que más difundieron a los creadores de ese país, dejando un incomparable legado de grabaciones en este sentido.
Para 1965 Eduardo Mata ya había sido director de orquesta residente en el Festival del Berkshire Music Center.
También fue director permanente de la Sinfónica de Guadalajara, y artístico de la ahora Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM), entre 1966 y 1975. En 1984 ingresó al Colegio de México.
En su honor, desde hace 21 años se realiza en noviembre el Festival Eduardo Mata en Oaxaca, un evento dedicado a actividades musicales.
Para el crítico, pianista y cineasta Juan Arturo Brennan, la figura de Mata no ha sido valorada en su justa dimensión: “somos un país con muy corta y pobre memoria histórica, y falta mucho para poner a Eduardo en el sitio que le corresponde”, afirma el experto.
Además se tiene un acervo de más de 50 piezas musicales compuestas por él, en las que destacan «Trío para Vaughan Williams», en 1957; «Sinfonía número 1 clásica», en 1962; «Los huesos secos», ballet, en 1963, y su «Sonata para chelo», en 1966.
Entre Noticias trae para ti un documental presentado por la Sinfónica de Minería, donde sus familiares, amigos y colegas relatan las experiencias que les dejó haber trabajado al lado de una figura como lo fue Eduardo Mata.
Entre Noticias/Agencias/Sinfónica de Minería
