La liberación del ex general Salvador Cienfuegos Zepeda supuso la pérdida de confianza con Estados Unidos en la cooperación sobre temas seguridad y combate al narcotráfico.
Por ello se restringirá el marco de operación en México de la DEA, el FBI, la CIA, el ICE y otras agencias estadounidenses, aseguraron funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a la revista Proceso.
El hecho de que el Departamento de Justicia estadunidense no compartiera con el gobierno de AMLO que el ex secretario de la Defensa Nacional (Sedena) era objeto de investigación bajo la Operación Padrino, abrió una herida que no ha sanado en la relación bilateral.
“Tras el arresto del general Cienfuegos en el aeropuerto de Los Ángeles y de que transmitimos nuestra posición, el procurador general de Justicia, William Barr, propuso ir a México para tener una reunión, pero dijimos que no era el momento. Barr no esperaba una negativa a su propuesta de viajar a la Ciudad de México”, dijo a la revista un funcionario cuyo nombre no fue revelado.
La molestia del gobierno de López Obrador por el arresto de Cienfuegos en California el pasado 15 de octubre, acusado por la DEA de narcotráfico y lavado de dinero, se transmitió a Barr al día siguiente de la captura.
“Barr habló de ir a México acompañado del administrador (interino) de la DEA, Timothy Shea, y la contestación del gobierno del presidente López Obrador fue que se esperaran hasta que concluyeran sus elecciones presidenciales (del 3 de noviembre)”, explicó el funcionario.
Sin embargo, el triunfo de Joe Biden sobre el presidente Donald Trump enterró la petición de Barr sobre viajar para reunirse con el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
“Ya no será nada igual”, sentenció otro alto funcionario del círculo de asesores del presidente López Obrador. “La renuncia a procesar en Nueva York al general Cienfuegos casi fue inmediata cuando le informamos al Departamento de Justicia que cambiaría la relación con la DEA y con todas las otras agencias de inteligencia y de seguridad que trabajan en México”.
Por otro lado, según la agencia Reuters, el precio de regresar sin cargos de narcotráfico al general Cienfuegos fue arrestar a un capo de primer nivel que sería responsable del envío de fentanilo a Estados Unidos, de modo que con mayor presión están en la mira los cabecillas del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García; y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes.
Supuestamente México prometió al fiscal William P. Barr que trabajaría con EEUU para detener al líder de alto nivel involucrado en el tráfico de grandes cantidades del opioide sintético fentanilo. A cambio, serían desestimados los cargos que pesaban contra quien fuera titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.
“México se comprometió a colaborar con Estados Unidos en la captación de un objetivo primordial”, refirió la fuente consultada por la agencia noticiosa, quien se mantuvo en el anonimato por no estar autorizada a hablar del tema y tampoco quiso proporcionar nombres para identificar al personaje.
Mientras tanto los agentes de la DEA que armaron el caso se mostraron furiosos por la liberación de Cienfuegos. Por varios años siguieron la pista a una figura militar apodada “El Padrino” por miembros del Cártel H-2, remanente de Los Beltrán Leyva.
Tras intervenir llamada donde un capo aludió a que El Padrino estaba en televisión, pudieron concluir que se trataba del mismo general, quien se ha declarado no culpable de los cuatro cargos relacionados con narcotráfico que le fueron imputados.
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