“En Haití no hay seguridad”, comentó Fabricio Jean, un haitiano de 38 años que llegó a Texas con su esposa y dos hijas. “El país está sumido en una crisis política”.
Aproximadamente una docena de vehículos del Departamento de Seguridad Pública de Texas se alinearon cerca del puente y el río donde los haitianos han estado cruzando desde Ciudad Acuña, México, hacia Del Río, Texas, durante casi tres semanas.
Se está utilizando cinta policial amarilla para evitar que utilicen una pequeña presa para entrar a los Estados Unidos (EU). Un oficial de policía en el lado mexicano de la frontera dijo que los migrantes ya no podrán cruzar.
Muchos de los migrantes han vivido en diferentes países de América Latina durante años, pero ahora están buscando asilo en los Estados Unidos a medida que se agotan las oportunidades económicas en Brasil y en otros lugares.
Miles de personas viven debajo y cerca de un puente en Del Rio. Más temprano el domingo, EU envió tres vuelos de haitianos de regreso a su tierra natal.
Muchos de los migrantes han dicho que no se dejarán cohibir por las acciones estadounidenses. Otros afirman que no pueden regresar a Haití debido a la inestabilidad en el país tras el reciente sismo y el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
“En Haití no hay seguridad”, comentó Fabricio Jean, un haitiano de 38 años que llegó a Texas con su esposa y dos hijas. “El país está sumido en una crisis política”.
El primer ministro haitiano Ariel Henry escribió en Twitter este domingo que le preocupan las condiciones en el campamento, y que los haitianos serán bienvenidos al regresar.
Nous sommes très préoccupés par les conditions extrêmement difficiles dans lesquelles vivent plusieurs milliers de nos #compatriotes à la frontière américano-mexicaine. 1/3
— Dr Ariel Henry (@DrArielHenry) September 19, 2021
Contexto histórico
No es casualidad la situación de pobreza y desigualdad, es producto de una política de intervencionismo que abarcó desde la invasión y ocupación, directamente, por parte de los marines o por medio de dictaduras o semidemocracias. Ante el mínimo intento de autonomía era propiciado un golpe desestabilizador. Ejemplos sobran a este pueblo golpeado constantemente. Caso paradigmático fue el de François Duvalier (1964-1971), conocido por mal nombre «Papá Doc», de aspecto siniestro y un obrar inquietante.
“Entre 1915 y 1935 hubo una ocupación yankee, fue un saqueo, un acto de piratería donde se exacerbó la dependencia”. Estados Unidos se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros.
El modelo dentro de la división del trabajo que se le concedió a esta isla caribeña es la de “mano de obra súper barata”. Ejemplo de ello, mencionó que en Haití nadie juega al béisbol pero es el principal exportador de pelotas de este deporte practicado principalmente en Estados Unidos -junto con Cuba, Puerto Rico, Venezuela y Japón.
Como consecuencia, gente sin trabajo, viviendo con menos de un dólar por día. Donde hay un Estado ausente, un país devastado.
En la historia reciente, hubo un presidente que sufrió dos golpes de Estado. Se trata de Jean-Bertrand Aristide, un político y sacerdote Salesiano haitiano, portavoz de la Teología de la liberación, pero la llamada «comunidad internacional» decía «no tener confianza en un tipo que es populista», refiriéndose a los golpes que recibió de parte de Estados Unidos en los años 1991 y 2004.
En el intersticio de ambas presidencias boicoteadas de Aristide, René Preval presidió el país entre 1996 al 2001 “logrando la privatización de las pocas empresas públicas que quedaban y profundizando aún más la miseria».
Entre Noticias/Agencias