A pesar de que tuvo pensamientos suicidas, como evidencian cartas a sus hermanos, el músico indica que prefirió continuar y vivir a través de su amado arte.
Investigación realizada por British Medical Journal evidencia tres momentos distintos en las composiciones del maestro musical alemán, que correponden con la evolución de su sordera.
Es uno de los compositores musicales más célebres de toda la historia. Ludwig Van Beethoven, de origén alemán, fue una figura protagónica durante los períodos del Clasicismo y el Romanticismo temprano en la música occidental.
Su vida y oficio artístico estuvo marcada por un triste hecho: Beethoven se fue quedando sordo a partir de 1796, cuando tenía sólo 26 años. Aunque no se saben las causas exactas (se sospecha tifus o problemas inmunes), el compositor sufría de jaquecas y dolores en su oído, por lo que se echaba aua fría en la cabeza y usaba un cuerno gigante para escuchar.
Según una reciente investigación de la British Medical Journal, la pérdida de audición del músico alemán fue definiendo el estilo de su obra, siendo crucial en la evolución de su carrera.
En 1801, Beethoven escribió esta carta a su doctor:
“En los últimos tres años mi audición se ha ido volviendo más débil (…) Le puedo dar una idea de esta peculiar sordera cuando le digo que en el teatro debo estar muy cerca de la orquesta para entender a los intérpretes, y desde la distancia no puedo escuchar las notas altas de los instrumentos y las voces de los cantantes (…) A veces me es difícil escuchar a gente que habla suave. El sonido que escucho es claro, pero no las palabras. Y si alguien grita no lo puedo soportar”.
A pesar de que tuvo pensamientos suicidas, como evidencian cartas a sus hermanos, el músico indica que prefirió continuar y vivir a través de su amado arte.
En esta primera etapa de su sordera, al tener problemas con los agudos, Beethoven habría inclinado sus obras hacia los tonos medios y bajos, siendo mucho más prolijas en ese rango. O sea, el compositor usaba las notas que pudiera escuchar. La Quinta Sinfonía, por ejemplo, fue compuesta durante este periodo, al igual que Fidelio, su única ópera.
En 1811 ya no pudo interpretar en vivo. Para 1814, estaba casi completamente sordo y se comunicaba mediante cuadernos.
Fue en esta etapa tardía, cuando su mundo solamente contemplaba movimientos secos, sin sonido alguno, cuando el coraje y el enorme talento de Beethoven le permitió componer obras cuya maestría musical es inigualable, como la Novena Sinfonía, creada entre 1818 y 1824.
Durante el estreno de la Novena Sinfonía, Beethoven tuvo que ser asistido en el escenario para la conducción de la orquesta, en la que fue su primera aparición pública en 12 años, y que por cierto fue la última.
Cuando terminó la presentación, le tuvieron que decir a Beethoven que volteara, para que viera el aplauso y la ovación del público. Al ver todo ello y no escuchar nada, el compositor alemán lloró.
Escena de la película “Copiando a Beethoven”, cuando se estrena la Novena Sinfonía:
Video de la British Medical Journal:
