Elliott Abrams, el ‘gladiador’, asesor de horror de Ted Cruz en política externa

Pero la lista de consejeros es amplia y en ella figura también Frank Gaffney, el "ideólogo incendiario" e islamófobo que ha inspirado los ataques de Donald Trump contra los musulmanes.

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Abrams apoyo la invasión de George Bush a Irak en 2003 y hasta la fecha sigue diciendo que no fue un error haber realizado esa invasión, a pesar de las evidencias.

El senador Ted Cruz, candidato a la investidura del Partido Republicano a la próxima elección presidencial estadounidense, dio a conocer hace unos días los nombres de sus consejeros para los temas de política exterior.

En la lista de consejeros del senador Cruz se encuentra Elliott Abrams, exfuncionario de alto nivel del Departamento de Estado durante la administración de Ronald Reagan en los años ochenta; neoconservador histórico, asesor adjunto de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush y gran entusiasta de la invasión a Irak en 2003, contrario a la realización de matrimonios entre judíos y no judíos y quien en febrero de 2012 testificó que el gobierno de Reagan sabía que la junta militar Argentina robaba sistemáticamente bebés de activistas por la democracia asesinadas y encarceladas, cuyos hijos eran entregados a familias derechistas amigas del régimen.

Uno de los primeros actos de Reagan como presidente fue revocar las restricciones de la ayuda militar impuestas por Carter contra Argentina como resultado de los horrendos antecedentes de derechos humanos del régimen. El gobierno incluso recibió a generales argentinos “en una elegante cena de Estado”. Además, Reagan pagó para que miembros de los tristemente célebres escuadrones de la muerte de Argentina viajaran a Honduras para entrenar a los contras nicaragüenses, así como a paramilitares hondureños, como el infame escuadrón de la muerte Batallón 3-16 como reveló el Baltimore Sun en una denuncia de 1995.

Si pasamos de Argentina a Guatemala, Reagan, también con la ayuda de uno de los consejeros de Ted Cruz, Elliott Abrams, no solo encubrió, sino que además ayudó e instigó los crímenes de guerra y el genocidio en Guatemala. Por ejemplo, el presidente Reagan viajó a Guatemala en diciembre de 1982, para declarar que Ríos Montt era “falsamente acusado”, mientras elogiaba los “esfuerzos progresistas” del dictador y su dedicación a la democracia y a la justicia social. Solo unos días después de la visita presidencial de Reagan los militares guatemaltecos masacraron a 251 hombres, mujeres y niños en Las Dos Erres.

Según un artículo del francés Thierry Meyssan, Abrams en su libro, «Fe o miedo: Cómo los judíos pueden sobrevivir en una América cristiana», escribe:

«Fuera de la tierra de Israel, no hay dudas de que los judíos, confiados en la Alianza entre Dios y Abraham, deben vivir separados de la nación en la que residen. La verdadera naturaleza de los judíos es la de estar separados -salvo en Israel- del resto de la población».

 
En ese mismo artículo, titulado «Elliott Abrams, el ‘gladiador’ convertido a la «política de Dios» Thierry Meyssan escribe textualmente:

«Elliott Abrams se lanza en cuerpo y alma, sobre todo, a la operación de apoyo a los Contras nicaragüenses y se adjudica el sobrenombre de «Gladiador».

En ese momento es «el pitbull de la política de la administración: «primero muerto que rojo»»

Actúa en vínculo directo con los consejeros de seguridad nacional sucesivos, Frank C. Carlucci y el almirante John M. Pointdexter, y su hermano siamés, el coronel Oliver North. Pero pronto estalla el escándalo del Irangate.

«Los miembros del Congreso recuerdan las manifestaciones rabiosas de Abrams durante las audiencias parlamentarias en defensa de los escuadrones de la muerte y los dictadores, negando las masacres, mintiendo sobre las actividades ilegales de los Estados Unidos de apoyo a los Contras nicaragüenses. Abrams se ríe de sus críticos diciendo que lo hacen por ceguera e ingenuidad, o les llama víboras», cuenta un editorialista del Washington Post.

Posteriormente será procesado por falso testimonio y no por su responsabilidad en diversas masacres en Honduras. Será considerado culpable de dos cargos, escapando así a la prisión, y, en definitivas, protegido por el presidente Bush padre, quien se protegía de ese modo a sí mismo del resultado de la investigación».

En julio de 2015, Elliott Abrams fue entrevistado por Jeremy Hobson en el programa de radio «Aquí y Ahora» (Here & Now) para hablar sobre la organización terrorista del llamado Estado Islámico y sobre la invasión a Irak de 2003. Hobson le pregunta al ahora asesor de Ted Cruz si no considera que fue un error haber realizado esa invasión. Con absoluto cinismo, el señor Abrams contesta que no, dada la información que entonces tenían sobre la existencia de un programa de armas nucleares de destrucción masiva en Irak. Algo que a estas alturas, sólo puede ser creído por personas que carezcan de sus facultades mentales.

Pero en la lista está también el teórico de la conspiración islamófobo Frank Gaffney

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En la lista de consejeros de Ted Cruz aparecen otros trogloditas como el teórico de la conspiración contra los musulmanes, Frank Gaffney, el mismo que ha sido inspirador de los ataques de Donald Trump contra los musulmanes y quien al igual que Abrams trabajó en el gobierno del presidente Ronald Reagan durante la década de 1980.

De ahí salió en 1988 para formar el Centro para las Políticas de Seguridad (CSP, por sus siglas en inglés), después de que el Senado rechazara su nominación como secretario asistente de Defensa.

«Alguna vez fue un respetable miembro de los círculos de poder de Washington», señala el Southern Poverty Law Centre, una organización no gubernamental que monitorea a grupos extremistas y racistas en Estados Unidos. Pero, agrega la organización que Gaffney se convirtió en «uno de los islamófobos más notorios del país».

Frank Gaffney ha pedido que los musulmanes sean investigados por una nueva «comisión legislativa de actividades antiestadounidenses», recordando a la controversial entidad anticomunista que en la década de 1950 fue encabezada por el senador Joseph McCarthy, la misma que dio lugar a la expresión «macartismo» como sinónimo de intolerancia política.

En su sitio web, el CSP se llama a sí mismo las «Fuerzas Especiales en la Guerra de las Ideas».

El CSP no ofrece información acerca de quiénes son los donantes a su organización. Pero según un informe en 2013 de la revista estadounidense Salon, se incluyen algunas de las mayores empresas contratistas del sector defensa como Boeing, General Dynamics, Lockheed Martin, Northrop Grumman, Raytheon y General Electric.

El sitio web de la organización promueve informes y libros con títulos como «La colonización musulmana de Estados Unidos».

Tenemos entonces que el mismo «ideólogo incendiario» de Trump contra los musulmanes, es también consejero del fanático religioso que quiere ser presidente, Ted Cruz.

Rubén Luengas/Entre Noticias

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