Laura Richardson llegó al país para exigir al gobierno Argentino que investigue la base militar China en Neuquén. El gobierno de Milei a los pies del imperialismo yanqui.
Es la tercera vez que Richardson arriba a la Argentina. En 2022 se reunió con la vicepresidenta Cristina Kirchner en su despacho del Senado. Un año más tarde regresó para reunirse con el ministro de Defensa, Jorge Taiana.
Estas visitas de la jefa del Comando Sur tiene por misión controlar política y militarmente la región. Esto quedó mucho más claro, por si alguien lo dudaba, luego que se conociera un video en el que daba un discurso en una reunión del Atlantic Council -organización integrada por ex militares estadounidenses vinculados a la OTAN- sobre América Latina: “¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras poco comunes, tienes el triángulo del litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60 % del litio del mundo está en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile… Tenemos 31 % del agua dulce del mundo en esta región…”. En el mismo video señalaba que “con ese inventario, a Estados Unidos le queda mucho por hacer, esta región importa, ya que tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego… Tenemos también las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce. Tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro, y está la importancia del Amazonas como los pulmones del mundo”.
Tras los objetivos de su discurso, Richardson se reunirá con militares argentinos en Ushuaia. Estados Unidos está interesado en el proyecto de Polo Logístico Antártico de la Armada en Tierra del Fuego, que permitirá un mejor acceso a la Antártida y las Islas Malvinas. Su misión es que el gobierno provincial excluya a China de las inversiones de dicho proyecto. «Esto podría mejorar dramáticamente la capacidad de acceso de la República Popular China a la región Antártica y a su pesca”, pronosticó Richardson durante la audiencia en el Comité de Servicios Armados.
El gobierno de Javier Milei viene mostrando su decisión de llevar adelante las políticas económicas y comerciales que dispone los Estados Unidos. Firmó un acuerdo para que el país del norte realice monitoreos sobre la hidrovía del Río Paraná. Uno de los cursos de agua más importantes del mundo, por donde se traslada gran parte del comercio, no solo entre Argentina y Paraguay; es además, un centro de interés comercial enorme que buscan disputar Estados Unidos, China y Europa a través de sus empresas.
Estados Unidos también ofició para que Argentina comprara a Dinamarca -y no a China- aviones estadounidenses F-16 para la Fuerza Aérea Argentina.
El otro gran interés del imperialismo yanqui es poner freno al avance de China en la región
China y la base en Neuquén
Bajo el mandato de Cristina Kirchner se selló un acuerdo con Beijing que permitió la instalación de una estación espacial -que construyó el gobierno de Xi Jinping- en Neuquén. Se le otorgaron a China la concesión de 200 hectáreas por 50 años. Cuando la Cámara de Diputados trató este proyecto, en febrero de 2015, el diputado de izquierda Nicolás del Caño votó en contra. En su intervención en el recinto sostuvo: “Se trata de una verdadera entrega de la soberanía argentina, porque se garantizan a China grandes concesiones impositivas, enormes desgravaciones para sus operaciones comerciales y hasta la potestad de establecer las remuneraciones a los trabajadores del proyecto para la estación espacial en Neuquén según las condiciones que rigen en el país asiático, y todo esto con una vigencia de 50 años”, sentenció el diputado del Frente de Izquierda.
Las obras en la provincia neuquina finalizaron en febrero de 2017, bajo la gestión de Mauricio Macri. En el acuerdo firmado con la República China se acordó que la Argentina podía acceder gratuitamente al 10 % de tiempo de uso de la antena para el «desarrollo de proyectos y de cooperación regional e internacional».
Según dice el proyecto, la estación cuenta con una antena de 35 metros de diámetro destinada a misiones de exploración del espacio profundo, ubicadas a distancias que superan los 300 mil km de la Tierra, y es una de las tres antenas que conforman la red de estaciones de espacio profundo de China.
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