A las 9 pm en punto, en el Auditorio Roberto Cantoral, Caña dulce caña brava, estupendo grupo de música jarocha, abre el concierto, minutos después el compositor veracruzano, en compañía de Sibila de Villa en el saxofón.
Su poderoso barro sonoro nos convoca y habla por nosotros. Es mayo de 2013 en el auditorio Roberto Cantoral, y a través de David Haro, escucho mi voz. Su eco y resonancia se han encargado de hacérmelo saber…
En ese registro agudo y nasal reconozco mi voz y la de los compositores Rafa Mendoza, el Hueso, la de Marcial Alejandro, la del auditorio y quizá la de todo un país, porque el arte tiene la virtud de organizar en sonidos, colores y textos, los sueños de la tierra de la cual provienen.
La ruta que emprendió David Haro, hace ya muchos años, fue inédita; nadie como él había explorado el Son veracruzano, (muy presente en las nuevas generaciones), con tan buenos resultados melódicos y armónicos. Nadie como él ha escarbado tan hondo en la tradición de Sotavento, para fundirla con la forma y estructura de esta expresión, tan añeja y contemporánea, que llamamos canción.
Hoy por hoy, ya no basta con hacer buenas canciones. Compositores y canciones de buena factura hay por montones y en la red podemos encontrar tal cantidad que con relativa facilidad podemos confundirnos y extraviarnos. Lo que hace único a David y lo distingue de ese ilimitado universo de aparentes opciones, es que él ha encontrado esa síncopa discreta que mece al mar, porque David ha tocado con la punta de los dedos de sus manos la universalidad, apoyando las plantas de los pies en su local Jaltipan Veracruz, (por cierto, tierra de los magníficos compositores Ernesto García de León y Armando Chacha, de los cuales en su momento hablaré).
Haro ha caminado solo, ignorando toda esa cháchara sónica (que cual cañón horrísono suena), pero que a su vez es un seductor canto de sirenas. El compositor ha renunciado a los falsos atajos para conseguir el ansiado “éxito”, ha trabajado duro, pacientemente, escribiendo melodías profundas y saladas como el mar del Golfo de México e historias húmedas y dulces como el río Papaloapan.
Sin embargo; el camino no ha sido fácil, ha llegado hasta este sensacional auditorio de la Sociedad de Autores y Compositores de México (uno de los mejores de América Latina), gracias a su talento, perseverancia y también hay que decirlo, con “una pequeña ayuda de sus amigos”. Me refiero a los cómplices que lo acompañaron por años en ese entrañable proyecto conformado por los talentosos compositores Marcial Alejandro y Rafael Mendoza, denominado La Bohemia, el cual quedó magníficamente registrado en el CD En Vivo desde Los Ángeles, a iniciativa de Violeta Pineda y Esteban León, una noche de verano de 2006 en el Centro para las Artes de Eagle Rock en la ciudad de Los Ángeles, California.
A las 9 pm en punto, en el Auditorio Roberto Cantoral, Caña dulce caña brava, estupendo grupo de música jarocha, abre el concierto, minutos después el compositor veracruzano, en compañía de Sibila de Villa en el saxofón, Daniel Soberanes en el bajo, y Cesar Martínez en la jarana y acordeón, inicia la presentación con El espinal y concluye con la cumbia Mujer de mar, mismo orden de “Es al Sur”. Hoy, frente a este público, David constata que ya no camina solo, que existe un público que, en la búsqueda de expresiones legítimas y más auténticas, no solo sigue a Silvio Rodríguez, Jorge Drexler o Joaquín Sabina, y ahora voltea la mirada hacia él. David Haro sabe que ha hecho escuela y que en su propio país, el poderoso barro que conforma su canto ha calado hondo. Quienes esto presenciamos, damos fe de que así fue.
Armando Rosas. Mayo de 2013.
Crédito foto: Armando Rosas
VIDEO de DAVID HARO:
«Es al Sur»