«Obediencia perfecta» sería supuestamente estrenada este Jueves Santo. Medios mexicanos han especulado sobre la posibilidad de que la cinta haya enfrentado el rechazo de gente influyente y poderosa para que no fuera exhibida durante una fecha tan especial y sensible en el calendario litúrgico,pero se ha dicho también que en realidad la película no está del todo terminada.
Por Rubén Luengas
«Entre Noticias» ha tenido acceso a ver partes de la película aún sin estrenar: «Obediencia perfecta», que aborda la patología social de la pederastia practicada entre sotanas y muros eclesiásticos.
Pueden ver arriba en exclusiva, la fotografía de una de las escenas, inevitablemente incómodas, que interpelarán la conciencia de quienes, creyentes o no, se mostraron indiferentes, negligentes o hasta cómplices cuando empezaron a surgir denuncias sobre el endiablado pecado de abuso sexual infantil que se venía cometiendo sistemáticamente en diferentes círculos de la iglesia católica.
«Obediencia perfecta» es la ópera prima del cineasta mexicano Luis Urquiza quien la escribe junto a Ernesto Alcocer y la dirige, basado en un cuento de Alcocer que se titula igual que la película y forma parte del libro: «Perversidad»
«Obediencia perfecta» sería supuestamente estrenada este Jueves Santo. Medios mexicanos han especulado sobre la posibilidad de que la cinta haya enfrentado el rechazo de gente influyente y poderosa para que no fuera exhibida durante una fecha tan especial y sensible en el calendario litúrgico,pero se ha dicho también que en realidad la película no está del todo terminada.
Es cierto que «Obediencia perfecta», parece pretender ofrecer un retrato del lado oscuro del padre fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, pero pareciera también que el personaje central, el padre Ángel de la Cruz, que en la película es el superior de una organización religiosa muy poderosa llamada «Los Cruzados de Cristo», podría representar de manera más general, el proceso de negación de la personalidad y las decisiones propias para entregársela gradualmente a grupos que funcionan en una dinámica psicológica característica de las sectas, no solo religiosas, dentro de las cuales se atenta contra los vínculos afectivos externos de sus miembros , incluidos los familiares, a los que se debe renunciar para adherirse a la «misión superior», en este caso, la de «salvar almas».
Mientras el libro de los «Hechos de los Apóstoles», por citar un ejemplo, nos describe a las primeras comunidades cristianas, inspiradas por un amor gozoso fraternal que les mueve incluso a compartir sus pertenencias «según las necesidades de cada quien», «Obediencia perfecta» retrata la sumisión inducida de niños y jovencitos que no podían por su corta edad, asumir de manera consciente una pretendida vocación religiosa y que una vez sumergidos en un circulo cerrado que esconde perversidades como las que escondió Maciel, eran presa fácil y víctimas de un poderoso seductor psicópata.
Mientras vivimos en una sociedad que inculca desde la cuna la obediencia como valor indispensable para pertenecer a ella de manera funcional, la película de Luis Urquiza pone en la pantalla la evidencia del por qué, fomentar la desobediencia a la obediencia ciega , debiera ser uno de los pilares fundamentales de la educación en general, porque lo que Alcocer y Urquiza plantean como «la obediencia perfecta», es en realidad un circulo enfermizo y vicioso que nada tiene que ver con el amor cristiano.
Algunas de las víctimas de esa «obediencia perfecta»,sintieron muchos años después la necesidad de sacar lo que cargaban en silencio, repletos de sentimientos encontrados. No querían algunos llevarse ese silencio a la tumba, porque entendieron que su silencio corrompía la verdad y los hacía, siendo víctimas,también encubridores. Finalmente lo hicieron y debieran por ello recibir el agradecimiento de los hombres y las mujeres de buena voluntad, creyentes o no, que se esfuerzan por la verdad y por la construcción de un mundo donde nuestros niños puedan seguir siendo eso: niños.
El padre Ángel de la Cruz, escogía a sus víctimas, en el argumento de la cinta, durante la ceremonia del lavatorio de pies en Jueves Santo. Celebro que la película que he podido ver parcialmente, no se haya estrenado este Jueves Santo. Denotaría en mi opinión, estrechez de intenciones y propósitos.
Estaremos pendientes «Entre Noticias» sobre lo que ocurra con «Obediencia perfecta» sobre la cual no ofreceremos calificativos de apreciación hasta que la veamos terminada y no en una pequeña computadora. Pero si podemos anticipar que esta aproximación cinematográfica al drama silenciado y a la tragedia que encierran los delitos sexuales cometidos contra menores, hará que muchos espectadores se sientan interpelados sobre su posición ante este escandaloso crimen.
Crédito foto: fuente cercana al equipo de producción.