«Lo que sucede es que hoy te vas o regresas. Te doy desde aquí la bienvenida, con música de charanga y serpentinas…»
A todos aquellos que han naufragado en esta orilla. Los que encallaron sobre estos arrecifes, los arrojados a ultranza, los desarraigados, los que quedaron después que se recogiera el mar tras la marea.
¿Cómo regresas cuando nunca te has ido? ¿Cómo retornas a ese lugar intacto en la memoria?
Insondables rescoldos del recuerdo íntimo, ¿Cómo se hace para volver? En el regreso hay siempre un trueque que nadie advierte, una aduana de muchos años, un peaje que no alcanza a subsanar ni la mitad de todo lo acumulado en el camino. Aumentaron de golpe las divisas que hoy te cobra el destino por tu ausencia: ¿Como vuelves sobre tus pasos?
El viento de golpe te cubre de besos la cara, has estado tanto tiempo aquí, sin compartir más que la humedad de tu celda, el espacio delimitado por esta soledad colectiva. El celador abrió la puerta y de momento ya no sabes que hacer: ¿Salir? ¿Estará bien? ¿Como era? ¿Uno, dos, tres? Caminar libre. Alguien me dice que debo conciliar las orillas de mi destino, salir, reconocerme en otros, ensayar mis palabras, despertar los sentidos que han estado adormecidos, recapitular, abrirlos a los sonidos de tantos siglos, a la visión de los jamás vencidos, de los otros que soy yo también…
Pueden escuchar el texto completo a continuación en voz de Esteban León
«Lo que sucede es que hoy te vas o regresas. Te doy desde aquí la bienvenida, con música de charanga y serpentinas, siéntete feliz, qué alegría, éstas sí son buenas noticias, saber que tantos esperamos tu venida».