Washington ha calificado a Nicaragua de amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y anunció que ampliará sus sofocantes sanciones a la pequeña nación centroamericana.
Trump también está aumentando la presión sobre México, escribe Norton, vinculando infundadamente al país con el terrorismo e insinuando incluso una posible intervención militar. Las medidas se producen cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador, advierte sobre los intentos de la derecha de un golpe de estado.
Mientras los aliados derechistas de Washington en Colombia, Brasil, Chile y Ecuador están luchando desesperadamente contra las manifestaciones masivas que rechazan las políticas de austeridad neoliberal y las brechas de desigualdad, EU está aumentando su agresión contra los pocos gobiernos progresistas que quedan en la región.
Lo anterior ha llevado a las fuerzas de izquierda en América Latina a advertir sobre el renacimiento de la Operación Cóndor en el siglo XXI, la campaña de violentos subterfugios de la era de la Guerra Fría y el apoyo de EU a las dictaduras de derecha en toda la región.
La administración Trump declara a Nicaragua «amenaza a la seguridad nacional»
Un día después del golpe de Estado de extrema derecha respaldado por EU en Bolivia, la Casa Blanca emitió un comunicado aplaudiendo el golpe militar y dejando en claro que dos países eran los siguientes en la lista de objetivos de Washington: «Estos eventos en Bolivia envían una señal fuerte a los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua», declaró Trump.
El 25 de noviembre, la Casa Blanca emitió en silencio una declaración señalando a Nicaragua como una «amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos».
En diciembre de 2018 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley NICA sin oposición alguna. Esta legislación le dio a Trump la autoridad para imponer sanciones a Nicaragua e impide que las instituciones financieras internacionales hagan negocios con Managua.
Los principales grupos opositores nicaragüenses de extrema derecha aplaudieron a Trump por extender la orden ejecutiva y por prometer nuevas sanciones contra su país. Sin embargo no ha sido sancionado en ese contexto el ejército de Nicaragua: ¿Por qué?
🇳🇮No se ha sancionado el ejército de #Nicaragua "porque tal vez tienen esperanza de que el ejército se va a conducir como el de Bolivia", @BiancaJagger. https://t.co/43BPEjmEEp pic.twitter.com/6KaT7NVjko
— Voz de América (@VOANoticias) November 26, 2019
Ben Norton afirma que Trump apunta hacia México
Si bien los ataques estadounidenses a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela no son nada nuevos, Donald Trump está apuntando a un antiguo aliado de EU que es México. El 27 de noviembre, un día después de declarar a Nicaragua como una «amenaza de seguridad nacional», Trump anunció que el gobierno de Estados Unidos evalúa designar a los carteles mexicanos de la droga como «organizaciones terroristas».
Tal designación, afirma Norton, podría allanar el camino para la intervención militar directa de EU en México.
Trump reveló esta nueva política en una entrevista con el presentador de derecha Bill O’Reilly: «¿Va a designar a esos carteles en México como grupos terroristas y comenzar a golpearlos con drones y cosas así?», Preguntó O’Reilly.
El presidente Trump se negó a descartar ataques con aviones no tripulados u otras acciones militares contra los carteles de la droga en México.
President @realDonaldTrump tells me he is 90 days into the process of designating Mexican drug cartels as Foreign Terrorist Organizations – which would give US forces more leverage in taking them out. pic.twitter.com/ewSJMkt6rr
— Bill O'Reilly (@BillOReilly) November 27, 2019
La designación fue particularmente irónica, considerando que algunos de los principales líderes de los cárteles de las drogas en México, han tenido vínculos de larga data con el gobierno de EU. Los líderes del cártel, notoriamente brutal de los Zetas, por ejemplo, fueron entrenados originalmente en tácticas de contrainsurgencia por el ejército estadounidense».
Durante la Guerra Fría, el gobierno de los Estados Unidos armó, entrenó y financió escuadrones de la muerte de derecha en toda América Latina, muchos de los cuales estuvieron involucrados en el tráfico de drogas. La CIA también usó dinero del narcotráfico para financiar grupos paramilitares contrainsurgentes de extrema derecha en América Central.
Estas tácticas también se emplearon en el Medio Oriente y el sur de Asia. Estados Unidos armó, entrenó y financió a extremistas islamistas de extrema derecha en Afganistán en la década de 1980 para luchar contra la Unión Soviética. Estos mismos yihadistas salafistas respaldados por EU fundaron entonces Al Qaeda y los talibanes.
El gobierno de Barack Obama también supervisó una campaña llamada Proyecto Gunrunner y Operación Rápido y Furioso, en la cual el gobierno de EUayudó a enviar miles de armas a los carteles en México.
Con la designación de los carteles como terroristas por parte de la administración Trump, «están creando la idea de que México representa una amenaza para su seguridad nacional».
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